viernes, agosto 18, 2006

La fugacidad de la luz















Las luces que ayer brillaron se han consumido,
y las sombras susurran de nuevo seductoras.
Espero encontrar aquello que hizo prender mi ánimo,
porque hoy mis ilusiones sólo son cenizas.

Piedras y flores
















Puedo oír tu voz en la plaza desierta,
ya no crecen las flores para hacer la diadema
que corone tu nombre en los días de fiesta.

Y cuando vayan a romperte el corazón
bajo las banderas, piensa en mí.

Tal vez necesite tu amor
para mojarme los labios,
tal vez necesite tu amor
para barrer algún rincón
en mi diario de soldado raso,
tal vez necesite tu amor.

Ha salido el sol en las playas de Azenha
donde mueren las olas, entre flores y piedras.
Entonces nadie va a romperte el corazón,
sólo las cadenas, piensa en mí.

(Quique González)