martes, julio 28, 2009

Etéreo










... y de fondo: 'Como quien da un refresco', de Manolo García(http://www.goear.com/listen/5d2ad34/Como-quien-da-un-refresco-manolo-garcia).

Equilibro las palabras desde las vértebras de una duna arenosa, desde donde la vista alcanza el vuelo inmóvil de gaviotas que aprenden a ejecutar el picado, como hacía Juan Salvador en aquel libro de niñez. Soporto estoicamente las sugerentes embestidas de Céfiro, agitador de temporales, para mantener la vista fija en el cuaderno de papel y en las palabras que vierto desde las profundidades. Me bastan unas pocas horas para regresar a mí y encontrarme otra vez contigo. Puedo distinguirte entonces, sentada en el viejo espigón donde se quiebran las mareas nuevas. Distingo la silueta de tu espalda desnuda, como una concatenación de susurros en la oscuridad. Distingo tu pelo liso bailando con el viento, tus brazos sosteniendo el ligero peso del cuerpo y otras cargas más pesadas que habitan más adentro. Las palmas de tus manos afirmadas en la roca fría, extenuada por las ardientes noches de un verano que ya no parece tan largo.

Esta mañana, antes de salir temprano a voltearme con el viento, de cruzarme con rostros felices por los efluvios de Baco, te miré dormir. Y te aprehendí después en mis retinas soñolientas, para llevarte cerca, como vapor del alma que me refrescara en los infiernos. Lejos del mar, tierra adentro, bajo las luces artificiales, me siento Sísifo; tanto me cansa subir las montañas, contener el deseo de dejarlas caer por el borde de tu falda, sobre mis esquiroles dedos (traidores). Desde la cima de la peña, abrasada por los últimos fuegos, vuelvo a presentirte cercana. Y ya sólo quedan silencios vacuos y silbidos de aire acerado. Tú, marcada por pomadas. Y yo, presto a liberar las palabras que me han mantenido equilibrado.

Aún no soy cenizas.

3 comentarios:

  1. ¿Y quién no se ha sentido Sisifo alguna vez? Sin ir más lejos, yo, que este verano la piedra es tan grande que apenas puedo dar un par de vueltas con ella para volver a caer. La montaña a veces es demasiado alta.

    (dejarlas caer por el borde de tu falda... ohhhhh)

    Precioso texto, como siempre.
    Besos.
    Vanessa

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  2. Echando de menos que avives tus fuegos...

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  3. Echando de menos que avives tus fuegos...

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