domingo, octubre 14, 2007

Avería y redención #7



... y de fondo: 'Trabajan en escenas de acción', de Quique González (http://www.goear.com/listen.php?v=a9fb831).

Las primeras lluvias de otoño se han sucedido las últimas semanas, empapando los pantalones cortos de turistas sorprendidos por el temporal. El cielo gris retumba al son de tambores de guerras perdidas. Las hojas empapadas que han caído estos días se adhieren al suelo, coloreando de ocre las aceras solitarias del último domingo. Las fuentes del centro son alumbradas por los pocos faros de los coches que cruzan la ciudad. Los paraguas suelen ser amigos a los que sólo extrañas cuando están lejos de tus manos mojadas. La plaza desierta reposa de caminantes perdidos, ahogados en las prisas de todas las semanas.

Refugiado en las paredes secas de la habitación, escucho 'Backliners' y observo el baile de los cipreses que puedo ver desde mi ventana. Parecen deslizarse al ritmo apaciguado de la canción, como las chicas del rock and roll que exhalan lánguidos y eléctricos acordes. La noche está a punto de cubrir el techo nublado de un domingo cualquiera. Si me asomo al filo de la baranda metálica, junto a los cristales, puedo cerciorarme de que casi siempre he aparcado mi coraza en doble fila, haciendo caso omiso de lo que sugerían las circunstancias. Cuando no lo he hecho, cuando he intentado ponerme a salvo de los choques implacables, la vida ha solido llevarme por caminos raros. Nunca he querido ponerme triste en los bares de aeropuerto, pero hay noches en que los aterrizajes me han dañado las frágiles alas y he ido a reparar mis averías en la misma soledad fría de aquellos bares.

Calado de tristezas, la cajita de música cuyas claves nunca he descifrado se abre para regalarme un canto a las heridas que nunca he olvidado. El manto oscuro ha cubierto a estas horas los árboles que hay frente a mi ventana. Supongo que continúan rozando cicatrices en la casa vacía que invadieron los rusos. Los que evitan el crudo invierno del lamento helado y el viento azaroso del norte de las penas. También, a veces, he ido yo a resguardarme en viejos caserones donde se esconden los niños que fuimos. Salones de sueños insomnes que trabajan en escenas de acción, siempre al límite del daño y las desilusiones.

Esta noche será la última noche de los dos últimos años. Mañana, cuando comience el nuevo camino y estrene zapatillas alegres, no voy a repetir estos tropiezos. Seguramente mantenga mi querencia por los proyectos desperfectos, por las abruptas tierras que lastiman mis tobillos. Sin embargo, confío en que el tiempo redentor haga olvidar las aflicciones. Espero que pueda recordar sólo los días en que he sido feliz. Cualquier excusa es buena para comenzar. Las últimas notas del nuevo disco de Quique González llegan a la línea de meta, justo cuando yo me sitúo en la de salida. Los cipreses aún bailan al son del viento silbado. Las ilusiones que he reconstruido aún llamean a la luz de las tristezas redimidas. Aún tengo rock and roll en el pecho...

"Yo te decía que todo estaba bien
y estaba fuera de la situación
fuera de la situación, en una nube."


* 'Avería y redención #7' es el nombre del último e imprescindible disco de Quique González. En cursiva, los títulos y versos de las canciones que he utilizado para juntar mis retazos. Para más información, www.quiquegonzalez.com

3 comentarios:

  1. Anónimo9:20 p. m.

    Sigues siendo el mejor!! Felicidades y mi admiración siempre...Aún tengo media docena de folios en estado de "marea negra" que tengo que ordenar para enviarte un mensaje con muchas cosas: sensaciones de Granada, tú, el concierto de Zahara en Buho en Septiembre (me acordé de ti)... hace más de un mes...!! No me lo puedo creer!! Mi vida empieza a no gustarme. Me siento desbordada, soy incapaz de saborear los buenos momentos y tampoco puedo llorar en las derrotas. El tiempo me devora y mírame: escribiéndote unas líneas a través del Blog en vez de hacerlo a través de e-mail (no me reconozco), sólo para que, por mi parte, no pongas en duda en ningún momento que me sigo acordando de ti.

    Un beso grande

    Sonia

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  2. Anónimo10:12 a. m.

    ¡Impresionante!

    En serio, precioso, me he quedado embobada, qué manera más linda tienes de contar las cosas. Esta vez, además, para contar un disco que me está atrapando por dentro.

    Un beso fuerte.

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  3. Anónimo11:37 a. m.

    Pues a mi de Quique me gusta todo. Me encantan los conciertos íntimos, las canciones de guitarra y voz o piano y voz... pero, después, también me entusiasmo cuando entra toda la banda y puedo saltar y gritar... Pero es que, claro, de Quique me gusta todo, no lo puedo evitar.

    Y bueno... Si, estoy mejor, mucho mejor! Me asusté mucho pero ya está, pasado...

    Gracias... Un beso. :-)

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